Del trabajo en al noble oficio de

Publicado por Juanjo Brizuela en

Comenzar una ponencia explicando la diferencia entre dialéctica y la DIALÓGICA es realmente sorprendente. Pero ver que a cada paso que se da, el listón se va superando ya es todo un logro al alcance de pocos. Es una de esas nuevas perlas que uno va descubriendo a medida que avanza en su día a día profesional y también personal y que va posando en una filosofía para encarar tu trabajo vida. Manel Muntada (a.k.a cumclavis) consiguió abrir esa ventana de aire fresco, convencimiento, reflexión y acción que tod=s necesitamos para seguir avanzando y creyendo en lo que haces, en un evento organizado por María Carrascal y su EMANA. Un reto en los tiempos que corren.

Hemos hablado aquí de la consultoría artesanía como concepto y como filosofía de trabajo. Las referencias constantes a personas que la promueven pero sobre todo que demuestran cada día trabajando en cada proyecto como si fuera el único y el posible, es algo de lo que aprendemos en cada momento. Yo, al menos. Y me sigo considerando básicamente un aprendedor, como un día oí a un buen amigo.

¿Cómo será el trabajo del futuro… cercano? Porque es el de hoy. Lo que está pasando en realidad es una tremenda contradicción interna entre lo que hacemos y lo que nos gustaría hacer y en esa lucha radica parte de nuestros problemas. Y Manel mostró que es posible afrontar trabajo con vida «me divierto con mi trabajo» o «vivo mientras trabajo«, fueron algunas de sus frases en este sentido. Por supuesto, quizá esto no se pueda poner en práctica en todos los trabajos existentes, pero en aquellos en los que el conocimiento se pone en primer plano, es más que posible. Aunque como bien recalcó, es bueno y recomendable «pensar en el propio oficio y en el propio trabajo«, en cómo hacerlo mejor y en cómo tratar lo mejor de cada uno en cada momento. Una recomendación en forma de libro que tiene pinta de perla y que habrá que leer pronto: «Owning Our Future» donde el título es tan sugerente que muestra de nuevo que el reto está en ser consciente de lo que hacemos cada día y de qué valor aportamos. Tener el control de lo que hacemos para hacerlo lo mejor posible.

No sé si considerarme un consultor, me da pánico esa palabra, me hace sentirme por encima de algo/alguien y no me encuentro cómodo. Será la edad que va pasando y que te va llenando de aprendizajes en cada una de las experiencias profesionales que pasas; aprendizajes y descubrimientos que te hacen seguir intentándolo en cada proyecto que tienes sobre la mesa. Hay una palabra que sí que me hace pensar en cada inicio de jornada: sentirte ÚTIL. Y eso lleva a preocuparse por comprender problemas, compartir inquietudes, construir discursos compartidos y pensar en actuar juntos. No es YO hablamos del NOSOTR=S. Y en esta «generosidad» es donde creo que hay mucho por hacer aún. «Si no hay personas, no hay equipo» y además personas activas en el desarrollo y no meramente receptoras de un sesudo plan-proyecto que pone en duda hasta dónde llega este concepto de utilidad y practicidad.

GENERAR es otra de esas palabras que quedan marcadas con fosforito. Generar y en contraposición, extraccion. Generar valor, generar ideas, generar relaciones… crear… Porque sí que queda evidente que todo lo que ha sido la «extracción» ha dejado tan seco a muchas organizaciones y a muchas personas que ya no hay nada. Me suena eso también a la regla del 90-9-1 de Jakob Nielsen sobre la desigualdad participativa en las comunidades donde el 90% de los usuarios se dedican a observar, pero nunca aportan contenido alguno, el 9% contribuyen ocasionalmente y de manera fortuita y el 1% se atribuye más del 90% de las participaciones y de otras actividades del sistema. Dicho de otro modo, la lección es clara: generar desde la humildad, desde el deseo de compartir y desde la necesidad de colaborar. De «por el interés te quiero Andrés, al tenemos un interés conjunto«. «No soy lo que hago sino lo que hago con ello». Y en esta frase queda reflejado el interés: compartir y sobre todo construir juntos para que la gente y las personas para las que se trabajan, realmente «intervengan en aquello que pinte su futuro«.

Vuelvo a retomar el poder de la dialógica, esa manera en la que hemos de sentirnos cómodos con las luces y las sombras de los proyectos, las diferencias existentes pero afloradas en sentido positivo, sobre el escuchar más que el hablar de carrerilla, donde lo simple es complejo y donde 2 más dos podrían no ser 4. Difícil jugar en ese terreno pero real y útil, como hemos comentado. Puede ser un terreno de no-confort, donde no estemos cómodos y afloren nuestras inseguridades, pero es de donde podemos descubrir los verdaderos puntos que nos hagan precisamente sentirnos más útiles.

Para acabar creo que es conveniente recordar esos nuevos valores que estaban presentes en la definición de la Consultoría Artesana y que Manel tomaba como propios pero que deberían estar en la base de nuestro comportamiento como trabajador=s:

  • franqueza
  • practicidad
  • simplicidad
  • utilidad
  • re[d]lación

Ahí están y creo que ni necesitan explicación ni matices algunos.

Al igual que cuando abres una de las ventanas de tu casa y aireas el ambiente, como que el mismo espacio de siempre te transmite otras sensaciones. Las ideas que durante casi 5 horas nos trasmitió Manel, la participación y las reflexiones de l=s que acudimos a dicha charla, han dejado huella en «mi casa». Solamente por eso merece la pena. Ahora llega el momento de la coherencia y de poner en práctica- Afortunadamente queda mucho por aprender cada día. Están cambiando muchas cosas en el trabajo de hoy y de mañana pero sobre todo hemos de ir cambiando nosotros mismos. Y recuperar no el trabajo EN sino el noble oficio DE.


7 commentarios

Amalio Rey · 18/04/2013 a las 09:40

Gracias por el post, Juanjo, y en enhorabuena a Manel porque ese taller que habeís organizado era un punto de inflexión importante, y @cumclavis es sin dudas, una buena elección porque ya sabemos lo bien que piensa y hace…
Me alegro mucho por él, por ti, por Maria, Asier y el resto de los compañeros que habéis hecho posible que el taller haya sido un éxito. También por #Redca…
Abrazotes, compañero!!

Manel [cumClavis] · 18/04/2013 a las 12:36

Me gusta tu punto de vista sobre los que tratamos el viernes, me gusta y me llega lo que amplias y destilas de tu parte. Está claro que este tipo de jornadas ganan muchísimo cuando, como también señala @amalio, se elevan al grado de conversación. Si además se cuenta con la tipología de participantes que os reunisteis ahí pues,…qué quieres que te diga, es una gozada. Y hablando de participantes, la capacidad de convocatoria de María dice mucho de ella [compartir con ella dice aún mucho más] igual que el contacto con cada uno de vosotros. Contigo ya tuve ocasión de comprobarlo en Madrid; consultor donde los haya, conciliando conceptos, esquematizando ideas, aunando intereses, escuchando y devolviendo…te he visto Juanjo! 😉

Muchas gracias por el post. Un abrazo.

Juanjo Brizuela · 19/04/2013 a las 09:47

@Amalio: gracias por el comentario. Muy estimulante Manel que no hace sino confirmar todas las experiencias personales y profesionales que estoy viviendo con cada uno de vosotros, profesionales de la «consultoría artesana» cada día. Lo mejor de todo es ponerte a ello en cada proyectos y aprender haciendo y pensando en dar lo máximo. Me falta ahora «vivir contigo» la experiencia 😉

Juanjo Brizuela · 19/04/2013 a las 09:49

@Manel: lo mejor que tiene el mundo digital es que más allá de ser un «reportero» de lo que ha acontencido es poder aportar el punto de vista de cada uno, no por ser mejor, sino sobre todo por tratar de aportar algo. Si conseguimos generar un poco más de valor, estupendo. Así que eso es lo que he intentado. Tengo grandes maestros 😉
Es todo un honor leer además esos comentarios pero no hace sino seguir intentándolo cada día.
Abrazote grande

Marta · 25/04/2013 a las 23:20

Hace ya unos cuantos años que empecé en esto de compartir aula y, desde entonces, han sido muchas las ocasiones en las que me ha atrapado la reflexión sobre la figura del profesor, educador, … y otros tantos nombres que, se supone, deberían definirme. Al tiempo, debates y encuentros en los que se pretende (hace una semana, el último) establecer un perfil de esa figura, en la mayoría de los casos, cercana a una especie de superhéroe capaz de aglutinar todos los poderes que un grupo de personas es capaz de de imaginar y enumerar en tiempo record.
Me pasaba como a ti. No me sentía cómoda. No me veía y mi presencia en el aula no entendía de posiciones, ni de tiempos, ni de espacios, … Hasta que me encontré ésto.

Es su barco. Su mar. Sus olas y sus corrientes. Y ellos llevan el timón. Son sus alas. Y son ellos los que deben volar. Lo leí muchas veces y, con cada lectura, iba reconociendo un poco más, a través de los matices, mi presencia. Y no le he puesto un nombre, aún, pero tiene sentido en mi interior. Y es más que suficiente para mí.

En el mundo de los duendes y las hadas las tareas se despliegan en torno a los dones de cada uno de los seres que lo pueblan. Cada ser es poseedor de un don especial y, una vez descubierto, disfruta desarrollando esa habilidad en beneficio de la comunidad.
Uno de esos dones permite a sus poseedores observar cada objeto, planta, flor, fruto, ser, … con una mirada muy especial que conecta y proyecta posibilidades absolutamente orientados a la utilidad. Extraen esencias difíciles de ver con otros ojos y las unen para crear nuevos objetos y tramankulos que faciliten y sirvan a los demás.
Son los tintineadores. Y así es como te he visto a tí leyendo tu post. Un tintineador. Y te lo agradezco, Juanjo. Y te felicito. Por empezar cada jornada como has empezado esta entrada: con el deseo de sentirte útil. Y por conseguirlo.

Eskerrik asko!

Juanjo Brizuela · 26/04/2013 a las 09:08

@Marta: sé pero que muy bienvenida a esta tu casa.
«Tintineador»: me encanta esa palabra. Y es una de los mejores halagos que he oído jamás. G-R-A-C-I-A-S.
Cada uno disfruta con lo que hace y no puedo negar que mi trabajo me apasiona demasiado que siempre estoy replanteándome cada frase y cada dibujo que hago. ¿Buscando la perfección? No, cada situación a la que me enfrento es particular y a cada «cliente-compañer=» le aprieta una cosa concreta en su zapato. Es SU problema y es SU zapato y ahí hay que poner todo el empeño. Observar, hablar y trabajar juntos hasta que encontremos la manera de sentirnos cómodos y andar kilómetros sin problema alguno. Creo que éste es el verdadero valor de un consultor. No aplicar soluciones comunes a problemas diferentes (copy & paste) sino ser capaces de interpretar su situación y buscar la solución pertinente y adecuada.
Me ha encantado la alegoría de las hadas ¿me dejas emplearla?
Muchísimas gracias y un besazo.

Marta · 26/04/2013 a las 14:40

El mundo de las hadas es un mundo abierto a todo aquel que quiera mirar … y verlas.
Y no hay que ir lejos 🙂

Estarán encantadas de que cuentes de ellas. Me consta que les gustan los artesanos!

Laister arte!

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