Atraer talento hacia tu marca
«La juventud mejor formada de la historia» es una de esas frases que quizá no tan literalmente, venimos escuchando desde hace un tiempo. Y es que el sistema educativo ha permitido que una gran parte de la juventud pueda obtener una formación y un título, profesional o universitario, que le permita acceder con ciertas garantías al mundo laboral. Sea también por que muchas madres y padres no tuvieron esa posibilidad generaciones atrás, el hecho es que la formación ha permitido elevar el listón del ámbito profesional-laboral y el auge de empresas y organizaciones. El mundo laboral demandó en su día mano de obra para llevar a cabo sus proyectos, sus productos y sus servicios. Necesitaba gente, mucha gente, mucha mano de obra, que por otro lado es un término un tanto «perverso». El objetivo de las personas era «tener un trabajo», estable, fijo y seguro que otorgara confianza a la persona y cierta seguridad en el futuro. Una nómina cada mes, durante muchos meses y años.
Y una vez más, los tiempos cambian y evolucionan. Con cifras de paro muy altas, pero al mismo tiempo, con la demanda de nuevos trabajos, de nuevas profesiones que incluso no nos atrevemos a predecir por mucho que sepamos del trabajo y del futuro, con las necesidades de crecimiento de muchas empresas que para ello necesitan talento y más talento. Casi que hemos dejado el término «personas que quieren trabajar» para pasar a «talento profesional», algo que quizá no sabemos definir aún pero sí que tiene que ver con capacidades, conocimientos y habilidades.
La captación de talento es uno de esos retos que muchas organizaciones colocarán en su agenda de prioridades si no lo está ya de hecho. El desarrollo y el crecimiento de muchos proyectos empresariales van a venir determinados por su atractivo a la hora de poder persuadir a la «oferta de profesionales» de que su empresa es un excelente lugar para trabajar hoy y en el futuro. El talento, sus trabajadores, son un capital activo de las empresas pero la capacidad de atracción de la marca es además un pilar primordial una vez más de que el valor de tu marca no lo es únicamente para tu mercado sino también para la «calidad» del profesional que puedas ser capaz de atraer. La pregunta en muchos casos ya no es únicamente «¿estás trabajando? ¿de qué?» sino además de «¿dónde estás trabajando?».
Se emplea habitualmente el término de «marca – empleadora«, también «employer branding«, como un término ligado a las políticas de recursos humanos de las organizaciones, que trabajan en la mejora de la reputación precisamente no sólo para captar talento sino para retener el existente y evitar así la fuga del mismo. Recursos humanos (qué poco me gusta esta palabra, por cierto), reputación, capacidades, … Branding … ¿no estamos separando términos cuando en realidad hablamos de lo mismo?.
Precisamente hace unos días hablábamos de la cultura de marca como aquello que nos permitía hilvanar la organización, tanto a nivel externo como especialmente a nivel interno. Cultura de Marca que tiene que ver mucho más que ver con el cómo y el por qué de las cosas, más que simplemente en el QUÉ hacemos. Cultura de marca que además se extiende más allá del producto/servicio adquirido, llegando a espacios donde los vínculos tienen que ver más con las relaciones y no sólo con las emociones. Cultura de marca que muchas veces es lo que se cuenta al exterior de la organización a través de las personas que día a día acuden a su trabajo-para-esa-marca, sea cual sea el departamento de la organización para la que trabajan. Y eso hace que a oídos de alguien en búsqueda de trabajo, de cambio y de mejora en su trabajo y en su vida, pueda hacerle pensar por un momento «a mí también (tampoco) me gustaría (o no) trabajar ahí».
Pregúntate: ¿está tu empresa marca entre las preferencias de las personas en busca de trabajo como un sitio deseado para trabajar ahí? La verdad es que esta pregunta no difiere mucho de la de si ¿está tu empresa marca entre las preferencias de las personas con una necesidad/expectativa deseada para adquirirla? ¿Verdad?
Tenemos un motivo más aún para considerar tu marca desde una perspectiva mucho más global, más sistémica y más integrada, y no solamente como eso de poner un nombre y un logo bonito a mi fachada. Hablar de branding supone construir y desarrollar vínculos con las personas, vínculos que muevan a la acción hasta el mismo punto de decir «yo quiero trabajar ahí», que insisto es lo mismo de «yo te quiero a ti».
El caso es que nos encontraremos, si no nos encontramos ya, una cierta «pelea» de otro tipo de mercado, el laboral y el del talento, por el que muchas empresas también tendrán que avanzar. El caso es que aquí las expectativas muchas veces superan con mucho las propias expectativas de las reglas del mercado de «consumo». Son expectativas que tienen que ver con un mayor grado de compromiso e implicación de las personas que ponen todo su talento, todo su conocimiento y actitudes en crecer personal y profesionalmente, en una organización que a su vez lo utilizará para seguir desarrollándose en el mercado. El nivel de exigencia por tanto es mayor con lo cual, el nivel de percepción de marca que le va a facilitar eso y/o que le pueda ayudar a progresar es de un calibre tal, que supera el del mercado y que también supera las propias políticas de recursos humanos. No es captar curriculum vitae por captar, sino es incluso poder definir qué tipo de perfil se necesita y encontrar el adecuado e ideal para ello.
Mi hija está en pleno proceso de decisión de qué estudios universitarios le gustaría hacer. Lo quiera o no, sí está pensando en dónde le gustaría trabajar con esos estudios que desea elegir. Repito DÓNDE – LE – GUSTARÍA – TRABAJAR. ¿No es acaso esto también un perfecto caso de trabajo desde el branding? Pues me temo que tenemos mucha tarea en este sentido delante (afortunadamente, por cierto).
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La foto de inicio es de Flickr, de Ray