La foto

Publicado por Juanjo Brizuela en

La fotografía es una de esas hobbyes profesiones que más apasiona a muchísima gente. Una buena foto realmente es extraordinaria. Hay mucha teoría, horas de aprendizaje y expertise. Y además de ello (que ya es mucho) está el momento esencial de la reproducción: antes, varias horas de laboratorio, el papel, los puntos por pulgada, la impresión… ahora, la impresión digital, verla en el ordenador, etc… Así, si se une el hecho de hacer una foto con la reporducciín de la misma, bajo el mismo criterio y esfuerzo, es posible lograr multiplicar el efecto de conseguir una «gran» foto. Parto de reconocer que no soy un experto fotógrafo pero sí que me encanta lo que la foto representa.

Una foto es un detalle, un instante, ese punto tal que recoge lo más esencial y lo «enmarca»: «fíjate aquí, en esto». En la mayor parte de los casos es un extraordinario ejercicio de sencillez y simplicidad, una perfecta síntesis. Un momento clave que significa muchas cosas.

Cuando nos reunimos a ver e interpretar fotos (sí, ya sé, como las interminables tardes de reportajes de bodas, vacaciones, etc… ésos) se constata precisamente que detrás de cada foto hay toda una historia alrededor, un sinfín de detalles y aspectos que «no salen» en la foto pero que implícitamente están ahí: ¿por qué esa foto? ¿por qué ese momento? ¿qué paso antes o después? ¿por qué llama la atención? ¿qué ocurrió en realidad? ¿quién estaba y quién la realizó?

Muchas veces necesitamos de muchas tomas para «contar» algo, para encontrar ese momento preciso. No es precisamente una única foto. Es una secuencia de historias alrededor de un contexto determinado. Parece mentira que haya tantos significados agolpados y unidos y en cambio un momento puntual queda «inmortalizado»: ¡¡te pillé!!.

No es fácil hacer buenas fotos. Requiere conocer muy bien qué queremos contar y expresar con ello y sobre todo, qué recursos queremos emplear en potenciar esa idea. Las buenas fotos conllevan una serie de decisiones en torno a dichos recursos técnicos: encuadre, luces, sombras, color, blanco o negro, movimiento, de noche, exposición de luz, etc… ¿y para qué todo ello? Sencillamente para que adquiera aún más significación, para que añada valor, que multiplique lo que queremos decir, que diga simplemente «mira aquí». No es un detalle insignificante, no… Es total y absolutamente contenido y contexto, fondo y forma, íntimamente ligado. De esta forma, provocamos un total y absoluto «vínculo de comprensión».

Hay más ideas: por ejemplo, hay mucha gente que quiere salir en LA foto. No en una foto cualquiera. Quiere estar presente fielmente. Y lo contrario. Otros muchos que salen rápido del encuadre porque «no quiero que me vean ahí». Curioso. Tanto uno como otro, tienen gran significado.

Precisamente, una foto es un gran recuerdo: pasado, presente y también futuro, aunque sea el reflejo de algo que pasó. Futuro porque aunque sean quizá momentos irrepetibles siempre quedará esa esperanza e inquietud por mejorar y avanzar en algo que no nos dejó del todo contentos, eso que quedó inmortalizado y que queremos renacer y volver a vivir y renovar el vínculo.

Ahora propongo un ejercicio:

Donde pone «foto», pon «MARCA». Quizá entendamos aún más cómo funcionan las marcas, su filosofía y su gestión. Por eso, renuevo aquí mi compromiso de seguir aprendiendo y profundizando más en «hacer fotos».

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La foto es de Flickr, de hique


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